miércoles, 10 de agosto de 2011

EL CONSEJO DE HOMBRES BUENOS -MURCIA-



Era costumbre de los pueblos musulmanes la administración de justicia a la puerta de los templos, por lo que no es casualidad que tanto a la Puerta de la Seo de Valencia, que había sido Mezquita, como a la Puerta de la Iglesia de Santa Catalina de Murcia, que fue también antiguo Templo musulmán, administrasen justicia los “Homes Bonos”.

El Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia, es  una de nuestras Instituciones con más solera y  tiene sus raíces en el siglo IX.

Este es  un tribunal consuetudinario, compuesto por siete miembros, jueces-agricultores encargados de impartir justicia en el seno de la comunidad de regantes de la huerta de Murcia a la que pertenecen.
 Celebran sus juicios los jueves en sesión pública en el Salón Real del Ayuntamiento de Murcia, siendo ésta la única institución ajena al consistorio que tiene ese privilegio. La sentencia es oral, pública e imparcial.
www.consejodehombresbuenos.es


 (Art. 13. Todas las personas y Entidades Públicas y Privadas, están obligadas a prestar la colaboración requerida por el Consejo de Hombres Buenos, así como, respetar y cumplir sus resoluciones, en los mismos términos que lo dispuesto para Jueces y Tribunales en el artículo 17 de la Ley Orgánica del Poder Judicial; así como podrá pedir el auxilio de las Fuerzas Públicas y demás cuerpos de Seguridad del Estado.)
ipce.mcu.es


El marco natural que sustenta al Consejo de Hombres Buenos es la huerta de Murcia y su sistema de regadío, la red de acequias, que conforma lo que se conoce como «huerta tradicional» o «regadío tradicional», en contraposición a las nuevas zonas de regadío entorno a Murcia, que no se corresponden con este sistema secular. 
Pues bien, junto a este complejo entramado de azudes, acequias, brazales, meranchos, azarbes y azarbetas surge todo un sistema cultural concreto que se manifiesta en múltiples y diversas obras que conforman  al  patrimonio cultural de la Huerta de Murcia.

http://paparajota.blogspot.com.es/2010/12/la-orilla-de-un-azarbe.html