miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cristo Yacente de Hellín


Tras la Guerra Civil (1936-1939), la Semana Santa de Hellín, que contaba con valiosas obras pertenecientes a Salzillo, Miguel Martínez y Baglietto, entre otros, quedó huérfana de imágenes, pues sólo se conservo una Soledad de autor desconocido. Entre las tallas destruidas, se encontraba el Cristo Yacente de Miguel Martínez Fernández.
A fin de reorganizar la Hermandad, una comisión de hellineros, encabezada por D. Vicente Garaulet Sequero se puso en contacto con el genial escultor valenciano Mariano Benlliure y Gil, afincado en Madrid. Al principio, el escultor fue reacio a elaborar esta imagen, pero conforme iba dando cuerpo a la madera su admiración por su trabajo le llevó a solicitar la ruptura del contrato y poder quedarse la imagen. Sin embargo, hubo de conformarse con una miniatura en bronce de unos 60 cm.
El Yacente desfiló por primera vez en Hellín en la Semana Santa de 1943, aunque la imagen está firmada en 1942. Tal fue el renombre de esta escultura que un secretario de Juan XXIII se desplazó en los años sesenta a Hellín para formalizar la cesión del Yacente al Vaticano, pero tal petición no fue atendida. Esta escultura, que fue restaurada en el año 2000, está considerada como una de las cinco mejores del siglo XX, y ya sido considerada por los expertos como un auténtico estudio de anatomía. En la actualidad está custodiada en su capilla de la Parroquia de la Asunción, en Hellín.

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